24 nov 2005

De cuando se rompe el encanto que hubo en la pantalla

Hola Diego:
He venido leyendo atentamente todos tus posts y las historias que allí cada uno vuelca.
En mi caso, mi historia de amor a través de la red, ha sido uno de los capítulos más hermosos pero a la vez, más dolorosos de mi vida.
Mi historia y mi encuentro con él no fue porque los dos nos buscáramos, ni hubiéramos utilizado la pc para conseguir a alguien, sino que fue por cuestiones laborales. Los dos pertenecemos a un directorio a nivel mundial muy importante, somos voluntarios y ambos éramos novatos en esa época y un superior nos puso en contacto, para que él me enseñara sobre mi trabajo...y ese fue el comienzo de esta conexión que duró dos años...
Nuestra labor nos permitía estar conectados desde la mañana a la noche, y si bien él me enseñaba, llegó un punto en que se trascendió de lo laboral a lo personal y creo entre nosotros una conexión tan particular y tan especial, que no había evento, actividad o acontecimientos de nuestras vidas que no compartiéramos, y obviamente nos enamoramos.
La distancia fue nuestro peor enemigo, porque él está en un país muy muy lejano (China) al cual se fue desde el país en el que vivía (Venezuela) a forjarse un futuro que nos permitiera vernos y conocernos y terminar de cerrar esto que estaba inconcluso, pero fue ese mismo país y ese mismo esfuerzo en forjarse un futuro, el que nos separó.
Las peleas que derivaron de ello, los celos, la desconfianza, terminó minando esto tan hermoso que habíamos construído a fuerza de horas de compartir, acompañarnos, consolarnos y que impidió e impedirá que alguna vez lleguemos a tocarnos, vernos, besarnos o simplemente confirmar o concluir lo que habíamos comenzado...
No puedo describir el vacío y la desazón que siento desde que él ya no está en mi vida, desde que no puedo correr a la compu a contarle algún logro o alguna tristeza, a escuchar su opinión, su consejo, su ayuda, rematados siempre por sus besos virtuales que si bien estaban escritos, los sentía en mi corazón y en mi alma...
Siento una sana envidia hacia esas personas que postearon contando lo hermoso que fue el encuentro y que será algo que jamás nos pasará, aún cuando fue lo que más deseaba en esta vida...
Gracias
Alejandra

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El amor a distancia termina produciendo el extrañamiento que deriva de la ausencia de los cuerpos, de la mirada, de la sonrisa. Sin piel, sin una mirada cálida, sin risas compartidas, sin caricias solo es posible la ilusión que genera el espíritu y el deseo de llegar algún día a encontrarse con la perosna amada, un extraño que deseamos fuertemente conocer.
DL

Anónimo dijo...

Probablemente armemos un ideal que si perdura por mucho tiempo puede esfumarse rápidamente en el primer contacto real.
Mi experiencia indica que no es saludable para la relación mantener largas sesiones virtuales sin llegar al conocimiento pleno cara a cara.