A Ella:
Hubo un tiempo en que los tres teníamos 24 años.
El Otro me caía mal desde antes de que empezáramos a estudiar en la
universidad, estaba harto de escuchar durante años hablar de él y de su
familia que estuvo relacionada con la mía.
A los 24 años el Otro ya estaba recibido y yo andaba de joda sin tomar
conciencia que en mi casa había muchos problemas.
Una noche estaba en un chat (donde lo habitual era mentir) cuando
llegaste vos y me enviaste un mensaje privado sin reparar que
un nick es sólo eso: un nick, por más que me hubiese puesto
el nombre de otro, justamente de ese Otro.
Vos me “hablaste” porque pensaste que ese nombre y ese 24
al lado de mi nick era el nombre y la edad del chico del que
estabas enamorada. Te dije que yo no era tu compañero de clase.
No te importó, te quedaste igual a charlar conmigo, yo no tenía
ganas de contarte nada sobre mí, estaba con el nombre del Otro
y me hice pasar por él. Ya sé que lo mío es para diván de
psicoanalista, no te preocupes porque ya en este largo tiempo
me quedé dormido varias veces en ese diván.
Seguiste volviendo noche tras noche al chat, ya sabía quién
eras, dónde vivías, qué boliches frecuentabas, sin que lo
supieras te veía cuando tomabas demasiado y bailabas
desenfrenadamente y no me gustó verte así, desbordada,
eras la chica fácil pasada de copas a la que cualquiera se podía
levantar.
Eras otra en el chat y yo era el Otro. Yo me enamoré de esa
chica, la del chat. Vos también te enamoraste, creo que más
del Otro que de mí.
Cuando te veía en el boliche pensaba que era mi oportunidad de
acercarme y de conocerte, no lo hice porque me iba a delatar,
había muchas cosas de mi entorno que hubieran hecho que
descubrieras que el oficio de mi Vieja no podía ser una
casualidad y que las cosas que pasaban en mi casa te
resultaban conocidas.
Me fui de tu vida, volví al año a escribirte, insistías en
conocerme personalmente pero cómo te decía
-entre otras cosas- que no me parecía ni físicamente al Otro
que vos imaginabas.
Finalmente me dejaste vos, ya estabas convencida que
te estaba mintiendo.
Los tres este año llegamos a los 32 años de edad. Al Otro
lo volví a ver hace poco y me di cuenta que siempre fue
un buen tipo.
¿Y vos cuánto hace que no lo ves? Me juego la cabeza que
con los datos que te di no habrás tardado en encontrarlo
y ver que ni se inmutaba al escuchar tu nombre.
No sé si te habrás casado, el Otro y yo seguimos solteros.
Ya no te debo nada, lo pagué al perderte.
J.Gabriel mail: nomepreguntesxq@hotmail.com
5 jun 2006
La historia de J.Gabriel : "Yo, Ella y el otro"
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