1 ago 2006

Detrás de la pantalla casi siempre hay una persona

Internet no nos hace mejores ni peores. Hay mujeres que histeriquean, que son celosas y otras deshonestas, hay hombres deshonestos, hay hombres violentos, hay mujeres cariñosas, hay hombres narcisistas, y también hay mujeres cariñosas y otras apasionadas y entregadas, hay hombres protectores, sinceros, cariñosos, hay verseros y verseras. No importa el medio por el cual conozcamos a una persona, su naturaleza no cambiará. No atribuyamos a Internet virtudes humanas y tampoco defectos. Recordemos que detrás de la pantalla siempre hay una persona(salvo si nos encontramos con alguno de los programas de inteligencia artificial creados especialmente para "alternar" en la red)Si es mentirosa/o nos mentirá, si le gusta maquillarse se adornará un poquito, puede jugar a ser más joven tal como lo hacen tantas personas mediante sus vestidos, afeites, peinados e incluso cirugías.

2 comentarios:

Eliana dijo...

-La tecnología es el uso que hacemos de ella (no creo que el medio sea el mensaje, francamente). Creo que Internet es hoy por hoy el ejemplo más acabado de eso, porque por un lado permite que existan cosas maravillosas como los blogs, las wikipages, las webs de periodismo ciudadano y, claro, los sitios y comunidades para conocer personas y relacionarse por Internet. Obvio, si después alguien usa su blog para subir pornografía o su programa de chat para mentirle a otra persona, no se puede culpar a la tecnología por eso. Me parece que es muy interesante leer todo esto como índice de cosas que nos están pasando. Por ejemplo, tenemos cada vez más y mejores tecnologías de la comunicación, pero eso no significa necesariamente que sepamos comunicarnos mejor, y, por ende, que podamos establecer mejores relaciones. Cantidad raramente es preferible a calidad. También la tecnología refleja nuestra paranoia, y, para remitirnos solamente al tema del chat, existen programas freeware para saber quién te elimina de su lista de contactos...y hasta quién mira tu foto y quién te cierra una ventana! Creo que una de las grandes paradojas de las relaciones en la posmodernidad es, justamente, por un lado la necesidad de acercarnos al otro, armados con nuestro batallón tecnológico de mensajes de texto, mails, imágenes digitalizadas, webcams y chats (que ahora son algo así como la cola del pavo real en lo que a seducción se refiere), y por otro la necesidad de mantenernos a una prudente distancia. Por que, ya sabemos, estamos cansados de escucharlo o de vivirlo, el otro, camuflado tras un smily o una palabra dulce, tras una foto que podría o no ser suya, puede mentirnos, puede malinterpretarnos, puede lastimarnos. Pero lo necesitamos. Por qué? Porque necesitamos amar y ser amados. Sólo que a menudo estamos muy asustados también, muy perdidos. Es el signo de los tiempos. Creo que estamos en una época de transición, de viejos modelos que aún persisten aunque ya están resquebrajados y nuevas cosas que están llegando, tal vez para ayudarnos un poco en nuestra evolución como especie. Las transiciones nunca son fáciles y a menudo duelen...pero bueno, consolémonos...tal vez somos pioneros de algo bueno! :)

Anónimo dijo...

Elipsis, me encantaría conocerte. ¿Como podemos hacer?