Ideas sueltas sobre los amores encerrados en la red

Utilizar Internet para conocer personas diferentes no es lo mismo que utilizar la red para alimentar una relación amorosa, aunque a menudo se confundan. Hay quienes no necesitan la presencia del cuerpo del ser amado, ni la emoción de la sonrisa y de la mirada, ni la gestualidad ni el caminar de la mano por la calle, ni el sonido de la voz y de la risa. No me refiero a la necesidad de sublimar el encuentro en el abrazo amoroso del sexo, aunque no me olvido. Las relaciones puras de la red (aquellas que nacen y se desarrollan a través de la pantalla de una computadora u otro dispositivo electrónico de comunicación) crecen en la esperanza de un encuentro futuro que en muchas ocasiones sirve como refugio para mantener escondido el temor al encuentro con el otro, utilizando una ilusión de presencia que no termina de manifestarse plenamente. Entre tanto, muchas veces pareciera que una porción importante de la vida queda en suspenso (todo aquellos que se refiere al amor y la sexualidad) A veces temporalmente, en otros casos los amantes "virtuales" se instalan con comodidad en esa relación intensa con alquien a quien saben que no podrán abrazar hasta un futuro indeterminado que en cierta medida, desde un punto de vista conceptual, se puede asimilar con "nunca". Una opción no tan diferente a la de todos aquellos y aquellas que ponen todos sus esfuerzos en afianzarse profesionalmente relegando todos los demás aspectos de su vida, en especial el amor de pareja (o sexual)